Varios son los criterios que, cada uno por separado, nos demuestran la importancia creciente del marketing en nuestra época. En vez de analizarlos por separado, consideraremos en bloque los diferentes grados de valoración, para así simplificar lo que es evidente, es decir, la importancia del marketing en nuestros días. El adagio típico de «el buen paño en el arca se vende» ha perdido toda vigencia. Muy al contrario, podría afirmarse rotundamente, a la vista de miles y miles de experiencias, que el buen paño en el arca «no» se vende, si no existe uno u otro tipo de actividad de marketing que lo dé a conocer y lo haga desear. En este caso concreto el enfoque de la venta debe ser agresivo, ya que si a los consumidores no se les anima y motiva no comprarán suficientes productos.
Han tenido que transcurrir muchos años para que en España empecemos a comprender la importancia y utilidad que aporta la aplicación de las diferentes variables de marketing al contexto de la empresa. Si analizamos el problema con un criterio cuantitativo, a nivel mundial, encontraremos los siguientes resultados:
En EE UU más de la mitad del precio de venta de un producto de gran consumo se destina, como media, a actividades de marketing.
Desde un punto de vista macroeconómico se advierte una fuerte correlación positiva entre el desarrollo del marketing en un país y su desarrollo económico y social. En aquellos donde las actividades de marketing son incipientes se observa una renta por habitante muy baja. Aunque este índice no sea una medida fiel y exacta del grado de progreso de un país, puede utilizarse por aproximación. El desarrollo económico y social alcanza sus cuotas más altas en los países en los que sea mayor la preponderancia a la innovación y uso del marketing.
Para ratificar esta idea que se está plasmando, voy a basarme en el informe del World Economic Forum, sobre competitividad mundial del año 2006 y el ranking de la revista Fortune , sobre las 20 compañías mundiales más admiradas en el año 2006.
El informe del World Economic Forum sobre los niveles de competitividad de las diferentes economías nacionales ha refrendado a aquellos países que han apostado por la innovación. El último informe de la Comunidad Económica Europea clasifica a los Estados miembros en cuatro grupos según su evolución: países líderes (Finlandia, Suecia, Dinamarca y Alemania, a la misma altura que Japón), los que se sitúan en la media, los que se están recuperando y los que pierden terreno, donde se sitúa España.
En cuanto a la inversión en I+D, España tiene mucho que mejorar ya que sólo destinó en el año 2006 el 1,13 por 100 de su PIB a este apartado frente al 3,3 por 100 de Finlandia o el 1,9 por 100 de la media de la Unión Europea. Por tanto, España tiene la asignatura pendiente de aumentar la inversión en I+D+i, donde el marketing tiene mucho que decir.
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